jueves, 7 de noviembre de 2013

La visceralidad como obstáculo para la buena comunicación

En este gusto por escribir, por sacar al exterior lo que sucede en la mente, esa mezcla de todo lo que se observa y de todo lo que uno recuerda acontece la reacción del lector. A veces grata y reconfortante, en otras hostil y desafiante.

Tiene algo de interesante la segunda cuando manifiestan que uno puede errar, aún cuando visceralmente pueda ser difícil de soportar sobre todo cuando la forma es agresiva. El ego surge como esa sensación de freno intestinal que promueve la reacción animal de defenderse cuando uno no pensó en qué pasaría con lo que escribía y obtiene una respuesta inesperada en contraposición. Esa sorpresa puede ser positiva porque aquello que nos intranquiliza nos puede poner a pensar, en vez de reaccionar simplemente ante el malestar.

Lo positivo es razonar y hacer algo productivo con la oposición, tratando de resolver los conflictos que surjan de la interpretación a través del debate; dando la razón cuando se percibe o confrontando con argumentos lógicos si parece una provocación porque no se da cuenta uno de la equivocación.

Si bien es diferente intranquilizarse por un error cometido que ser agredido, a lo cual es natural poner un límite. Leyendo una novela una frase vino a mi mente: “en las cuestiones de razón la violencia no es la solución”. Recordando el porqué se dice que en un libro están todas las respuestas de la vida al encontrar una parte donde narra como las personas, aún con diferencias, pueden relacionarse comprendiendo las razones del otro y como ante diferencias de opinión, conceptos o formas de resolución, incitar a la división no resuelve nada. Para compartir el mismo referente que me llevó a la frase transcribo algunos fragmentos de “Vivir para contarla” de Gabriel García Márquez:

“El grupo se había formado de un modo espontáneo, casi por la fuerza de la gravedad, en virtud de una afinidad indestructible pero difícil de entender a primera vista. Muchas veces nos preguntaron cómo siendo tan distintos estábamos siempre de acuerdo, y teníamos que improvisar cualquier respuesta para no contestar la verdad: no siempre lo estábamos pero entendíamos las razones.”

“Nuestras pocas discrepancias serias las discutíamos sólo entre nosotros, y a veces alcanzaban temperaturas peligrosas que sin embargo se olvidaban tan pronto como nos levantábamos de la mesa, o si llegaba algún amigo ajeno. La lección menos olvidable la aprendí para siempre en el bar Los Almendros, una noche de recién llegado en que Álvaro y yo nos enmarañamos en una discusión sobre Faulkner. Los únicos testigos en la mesa eran Germán y Alfonso, y se mantuvieron al margen en un silencio de mármol que llegó a extremos insoportables. No recuerdo en qué momento, pasado de rabia y de aguardiente bruto, desafié a Álvaro a que resolviéramos la discusión a trompadas. Ambos iniciamos el impulso para levantarnos de la mesa y echarnos al medio de la calle, cuando la voz impasible de Germán Vargas nos frenó en seco con una lección para siempre:
-- El que se levante primero ya perdió.”


Reflexión de lo visceral

La parte visceral ante el error suele ganar a la mente, si los argumentos que se comunican parten de las sensaciones no tendrán sentido más que la misma reacción defensiva de la otra parte. Tratar indirectamente un asunto esperando que la otra parte reaccione favorablemente al ser sólo agresivos y vociferar que el otro daña no lleva a éste a entender el porqué, de dónde surgió la acusación; tan sólo comprenderá que el otro está molesto y quiere doblegarlo. 

En un estado de enemistad ni siquiera funciona la intervención de un tercero que tome el papel de neutral, que los otros por estar a la defensiva y en polos opuestos no quieran tomar, porque es factible que el que interviene acabe inserto en la discusión que se originó en un concepto y derivó en tintes personales. Enfocarse en una discusión emocional con un aire racional sólo puede derivar en malosentendidos.

Algo que cuesta aceptar es como las personas no pueden aplicar ser neutrales para debatir conceptos y no discutir por personalidades o reacciones. ¿Por qué no pueden vencerse a si mismos, dejarse de lado y enfocarse en la idea? ¿Por qué consideran que no acordar con una idea o forma de realización es similar a ser atacados físicamente? ¿Por qué prefieren dialogar sólo con quien tiene su mismo punto de vista y sacar la conclusión que nunca estuvieron equivocados en vez de tratar directamente con quien están en desacuerdo y que saben les va a responder desde otro ángulo?

Un debate, bien realizado, desde diferentes puntos de vista es sumamente enriquecedor porque ayuda a que las personas amplíen sus conocimientos, se cuestionen, duden de lo que recuerdan, traten de investigar si les faltan elementos para poder argumentar no con sensaciones y cólera sino con lógica. Incluso el que puedan llegar a marcar que su molestia surgió por observar un argumento incoherente y poder señalarlo puntualmente. Debatir no es agredir al otro insultándole por ignorante, o apelar sobre las intenciones que tuvo. Debatir es decir "tengo este conocimiento y no concuerda con el tuyo".

Parece más lógico que si se quiere llegar a algo concreto cada persona evalúe las razones del otro, preferiblemente las que comunica de forma directa. Si se llegan a deducir indirectamente no podría el observador realizar una afirmación categórica, en términos comunes el: “tu razón es la que digo yo” porque la mente humana tiene a interpretar y fundamentalmente dirigir la atención hacia lo que está pensando, dando lugar a una alta probabilidad de cometer un error. 

Si no concuerda la deducción con la comunicación directa tampoco es motivo de reacción ya que está establecida la premisa de que al surgir una confrontación es porque no piensan igual y sólo quedaría comunicar las bases que tuvieron para llegar a la idea, con el fin de establecer si llegan a conclusiones de forma radicalmente diferente.

Con información clara de ambas partes tratar de percibir si son, simplemente, formas diferentes de solución pero con un mismo resultado final. Si la reacción de molestia es porque se percibe un riesgo de equívoco y que ello derive en complicaciones puede razonarse cuáles serían y así al transmitir al otro la observación podría motivar a que reflexione o bien llevar que ambos analicen específicamente el error desde sus diferentes perspectivas. Puede que lleguen o no a una solución conjunta pero en dado caso estarán más claras las posiciones y cada quien puede, en ese punto que no comparten tomar el rumbo que consideran más adecuado que sea racional y responsabilizándose de resolver las consecuencias futuras.

domingo, 13 de octubre de 2013

De la demencia hasta el concepto de Síndrome de Asperger, cronología básica

Hasta principios del siglo XX las personas dentro de lo que ahora se le denomina Coeficiente del Espectro Autista se les denominaba simplemente dementes en la categoría de Enfermos Mentales.

En 1912 el psiquiatra Eugene Breuler se dio a la tarea de ordenar clasificaciones para poder precisar los diagnósticos y así fue el primero que acuño palabras para ser incorporadas al vocabulario médico como: esquizofrenia, ambivalencia y autismo. 

Ello sirvió para establecer de forma clásica dos definiciones en cuanto a trastornos mentales:

"NeurosisAfectan en mayor grado a la percepción del sujeto sobre sí mismo, y a su nivel de agrado, de plenitud y de integración del yo, así como a sus relaciones con el entorno social y familiar más cercano; sin embargo, no presentan los síntomas usuales de desconexión con la realidad y amplio alejamiento de la vida social, pueden desempeñarse laboral y académicamente.

Psicosis: Abarcan la manifestación más claramente asociada a la enfermedad mental, sus síntomas clásicos incluyen alucinaciones, delirios y grave alteración afectiva y relacional, estos trastornos suelen tener un factor orgánico bastante pronunciado como los Trastornos Depresivos y Bipolares, aunque las esquizofrenias son claramente las de mayor repercusión personal, social y familiar dado su carácter crónico y degenerativo caracterizado por los elementos propios de todos los trastornos psicóticos a los cuales se añaden la desconexión con la realidad y el aplanamiento afectivo."

Si bien el concepto de Breuler era que el autismo formaba parte de los síntomas de la esquizofrenia, definiéndolo como una “función compuesta alterada de la relación con la realidad”. Lo que estableció como esquizofrenia sin estados psicóticos fue:

“No hay alteración primaria de la percepción, orientación, memoria, sensaciones, conciencia, motilidad. Estas funciones simples están intactas y si parecen perturbadas es por la alteración de los procesos afectivos y de asociación. Son estas últimas las funciones simples alteradas.
No hay una pérdida de la realidad generalizada, sino sólo en  algunas cuestiones que amenazan contradecir los complejos.
Otras funciones compuestas alteradas son la atención, la voluntad, la actividad y el comportamiento. No está alterada la inteligencia; la «demencia» esquizofrénica es producto del deterioro de las otras funciones.
Del autismo parten muchos de los síntomas accesorios: alucinaciones, ideas delirantes, perturbaciones accesorias de la memoria, despersonalización, alteraciones del lenguaje y la escritura, algunos síndromes agudos como los estados crepusculares u oníricos y los síntomas catatónicos (estupor, mutismo, estereotipia, amaneramiento, catalepsia, hiperquinesia, negativismo, obediencia automática —ecolalia, ecopraxia—, automatismos espontáneos, impulsividad.
Otros síntomas accesorios son los somáticos: alteraciones encefálicas, endocrinas, cardiovasculares, hematológicas, glandulares, exocrinas, metabólicas, respiratorias, neurológicas, sensoriales, etc.”

Descripción que concuerda en algunos aspectos con algunas manifestaciones del autismo, dentro de la clasificación actual, por lo cual en ocasiones a éste se le diagnostica como esquizofrenia.

En 1943 el psiquiatra Leo Kanner realiza la primera descripción sobre el autismo que dio la idea de personas con nulo o poco lenguaje verbal, bajo coeficiente intelectual o posible retraso (dado que no aprobaban los exámenes de CI), comportamiento autoestimulatorio y extraños movimientos, considerándolo como “un síndrome conductual que se manifiesta por una alteración del lenguaje, de las relaciones sociales y los procesos cognitivos en las primeras etapas de la vida”. Quedando esta primer definición en el imaginario colectivo. En la actualidad se considera que se refiere a autistas de alto o bajo rendimiento, con algún grado de incapacidad para conectarse con el mundo y las personas:

“Iba de un lado a otro sonriendo, haciendo movimientos estereotipados con los dedos, cruzándolos en el aire. Movía la cabeza de un lado a otro mientras susurraba o repetía el mismo soniquete de tres tonos. Hacia girar con enorme placer cualquier cosa que se prestara hacerse girar…
Cuando lo metían en una habitación, ignoraba completamente a las personas y al instante se iba por los objetos, sobre todo aquellos objetos que se podían hacer girar… empujaba muy enfadado la mano que se interponía en su camino o el pie que pisaba uno de sus bloques…”


Comportamientos excesivos
Agresividad
Daños a si mismo, agresión hacia otros y a cosas, "pataletas" y "berrinches"
Auto Estimulación
Cuerpo, objetos, obsesiones, rituales
Incumplimiento
Constante, intermitente, pasivo
Hiperactividad
Incansable, sin freno, etc.
Aislamiento
Severo, Frecuente, Algunas veces.
Comportamientos deficientes
Comunicación
Mudo, ecolálico, incomprensible
Social
Rechazo, tolerante, torpe
Juego
Auto estímulo, jugador repetitivo, campo de interés 
Visualización
No mira a los ojos, mira a través, errático
.
Auditivo
No responde, hipersensitivo, selectivo.

Comportamientos como "pataletas", agresión y desobediencia, se identifican como trastornos. Otros comportamientos son de carácter pasivo por naturaleza, tales como: falta de atención, no participación, aislamiento, estos trastornos interfieren en el desarrollo del niño. Cualquier comportamiento que se interponga en el proceso de aprendizaje, debe considerarse como una alteración


En 1944 el pediatra Hans Asperger describe niños con ciertas similitudes a las observadas con Kanner pero no tan marcadas, todos con capacidad de habla, desarrollo del lenguaje incluso superior a lo esperado en su grupo de edad, inteligencia normal o superior, capacidad para estar en grupos sociales pero mostrar una conducta atípica, desafiante o extraña. Apareciendo las conductas que indican el trastorno cuando las habilidades de contacto social comienzan a desempeñar un papel fundamental en la vida de las personas. Por lo cual lo denomino Psicopatía autista puesto que las personas en el afán de realizar lo que tienen en mente pueden ignorar las necesidades de las otras personas.

Diferenciándose del concepto del autismo de Kanner principalmente por ser menos visibles sus manifestaciones, por la habilidad para comunicarse y por su capacidad de respuesta que permite someterse a un examen de CI. Las evidencias disruptivas se presentan cuando su capacidad es superada por una demanda social. Siendo confuso poder realizar un diagnóstico porque aparentemente nada indica que tengan imposibilidad para la realización de tareas sociales. Por lo cual suele confundirse en un diagnóstico "a ojo" con patologías como las psicosis dadas manifestaciones abruptas en cambios de carácter ante la frustración o la ansiedad. O con la psicopatía por tener algunos rasgos en común pero diferenciándose de ésta porque la persona dentro del espectro autista tiene escrúpulos y siente culpa, intenta compensar un daño cuando encuentra lógico hacerlo.

Se establece dentro de la clínica que una persona con Síndrome de Asperger puede llegar a desarrollar una psicosis como una comorbilidad, pero que no puede llegar a ser un psicópata al ser polos opuestos como expuso el Dr. Simón Baron Cohen en 2011 dentro de su libro “La ciencia del mal”.

Con el fin de aclarar las diferencias entre esas dos entidades y el Síndrome de Asperger se incluyen las características de las mismas:

"Psicosis: En las psicosis la perturbación es de tal magnitud que la apreciación de la realidad es defectuosa y particular.
La psicosis es una enfermedad que conduce a que el inconsciente se torne consciente y tome posesión del control sobre el individuo.
El individuo es peligroso para sí mismo, la sociedad o los demás (juicio desviado).
Se afecta toda la personalidad, el sujeto se encuentra desorganizado, desintegrado, falto de armonía, le falta discernimiento para darse cuenta que está enfermo psiquiátricamente y se alteran casi todas sus funciones psíquicas. Se presentan síntomas inadecuados, pero específicos, duraderos, crecientes y progresivos.
Todos los síntomas anormales como alucinaciones, delirios, etc., son vividos como una realidad y se manifiestan en su comportamiento conductual."

"Psicopatía: Los psicópatas no pueden empatizar ni sentir remordimiento, por eso interactúan con las demás personas como si fuesen cualquier otro objeto, las utilizan para conseguir sus objetivos: la satisfacción de sus propios intereses. No necesariamente tienen que causar algún mal.
La falta de remordimientos radica en la cosificación que hace el psicópata del otro, es decir el quitarle al otro los atributos de persona para valorarlo como cosa es uno de los pilares de la estructura psicopática.
Los psicópatas tienden a crear códigos propios de comportamiento, por lo cual sólo sienten culpa al infringir sus propios reglamentos y no los códigos comunes. Sin embargo, estas personas sí tienen conocimientos de los usos sociales, por lo que su comportamiento es adaptativo y pasa inadvertido para la mayoría de las personas.
Además, los psicópatas tienen como característica el tener necesidades especiales y formas atípicas de satisfacerlas, que en general implican cierta ritualización. El acto psicopático hacia el otro se configura mediante la necesidad del psicópata y su código propio, que desde su punto de vista lo exime del displacer interno.
El problema de las necesidades de los psicópatas es que al no ser compartidas por el grupo, no pueden ser comprendidas ni generar empatía, por situarse fuera de las leyes de la costumbre y del bien común, aunque estas necesidades son sentidas con fuerza e impelen a la acción del psicópata.
Además los psicópatas tienen un marcado egocentrismo, una característica que pueden tener personas sanas pero que es intrínseca a este desorden. Esto implica que el psicópata trabaja siempre para sí mismo por lo que cuando da, es que está manipulando o esperando recuperar esa inversión en el futuro.
Otra nota común es la sobrevaloración de su persona, lo que los lleva a una cierta megalomanía y a una hipervaloración de su capacidad de conseguir ciertas cosas y la empatía utilitaria, que consiste en una habilidad para captar la necesidad del otro y utilizar esta información para su propio beneficio, lo que constituye una mirada en el interior del otro para saber sus debilidades y obrar sobre ellas para manipular."

En 1979 las psiquiatras Lorna Wing y Judith Gould usaron el concepto de espectro autista. Con base en sus estudios definen al autismo como un continuo más que "como una categoría diagnóstica, como un conjunto de síntomas que se puede asociar a distintos trastornos y niveles intelectuales. Los rasgos del espectro autista no se producen sólo en personas con trastorno profundo del desarrollo, sino en otras cuyo desarrollo está afectado por diferentes causas... Las alteraciones sintomáticas del espectro autista son las que definen esencialmente las estrategias de tratamiento, más que las etiquetas psiquiátricas, neurobiológicas y psicológicas con que se definen los cuadros".

Lorna Wing desarrolló los conceptos que son utilizados como base para el diagnóstico: Trastorno de la reciprocidad social, trastorno de la comunicación verbal y no verbal, ausencia de capacidad simbólica y conducta imaginativa, patrones de actividad e intereses.

En 1981 Lorna Wing da a conocer las investigaciones de Hans Asperger e introduce el término Síndrome de Asperger en su publicación titulada "Asperger´s Syndrome: a Clinical Accout"


Referencias (Nota: los párrafos entre comillas indican que fueron tomados completamente desde la fuente):

Breuler: un pionero. Liliana Elstein http://www.intercanvis.es/pdf/07/07-05.pdf

domingo, 29 de septiembre de 2013

¿Existe el autismo normal?

Eso se pregunta el Dr. Miguel Ángel García Coto en su práctica diaria y agrega la duda de ¿si existe, cómo es? relacionada al título de 1er. Congreso Argentino sobre Síndrome de Asperger realizado en Bs. As con el lema “Del paradigma de la enfermedad al poder de la neurodiversidad”.

Podríamos aventurarnos a decir que un autismo es normal, para la sociedad, si la persona aun tendiendo a la hipersistematización, al enfoque en patrones y sin habilidades innatas para predecir el comportamiento de otros, ni tomar como parámetro de sus decisiones las emociones de terceros, se las arregla para enfocar sus habilidades hacia algo funcional socialmente y haciendo uso del empirismo y del racionalismo llegar a vivir una vida “como cualquier otro” siendo autista, sobrellevando sus comorbilidades y logrando coordinarse con otros para los proyectos donde necesita de habilidades ajenas. En esas condiciones salvo problemas eventuales y esporádicos de convivencia diaria, que quedarían en la circunscripción privada, no sería notorio. Es decir, sería un autista invisible y por tanto una persona “común” a quien se admira por sus cualidades y se desprecia por sus defectos.

Ahondando en el lema del congreso aún en la práctica profesional no se piensa en términos de neurodiversidad. Lo que se puede deducir de gran parte de las conferencias es que se encontrarían en un punto intermedio, donde se van aceptando ciertas peculiaridades de comportamiento pero aún cuesta tomar como base que hay mentes que no tienen una deficiencia sino que razonan en función de algo más allá de lo humano y que eso no es dañino, ni perjudicial por sí mismo. Lo llega a ser cuando es imprescindible relacionarse con otros, se carecen de herramientas adecuadas o guía para lograr deducirlas, se desconfía de los demás por haberlos analizado y encontrar que piensan y actúan distinto, y se agrava si aparte no se percibe bienestar sino barreras al estar en convivencia social.

En si para las personas que transitaron el camino sin apoyo terapéutico porque el Síndrome de Asperger ya fue conocido siendo adultos indica que si se puede coexistir socialmente, que no es fácil y no está exento de sentir estrés (en diferentes niveles) cuando ha de enfrentarse a cuestiones sociales. Eso que calma a los neurotípicos altera a los autistas. Que es difícil sentirse a “salvo” con los demás. Incluso en experiencia personal en situaciones de peligro es como si uno estuviera en un túnel, ni siquiera se piensa en el recurso de “pedir apoyo” a otros, es como si uno se encontrase en una burbuja con la persona que tiene que resolver algo y si otro ajeno interviene es “sorpresivo” porque uno no lo vio. Es como que las personas con quienes uno no interactúa fueran parte del paisaje o de una nube, como que no existieran hasta que los sentidos de defensa los perciben y puede ya ser tarde.

Retornando al punto de la neurodiversidad,  como darían a entender algunos profesionales de la salud ante hipótesis de mentes que no perciben de la misma manera lo social, hemos de recordar que mientras no existan estudios o evidencia científica que lo avale significa para ellos sólo un elemento subjetivo.

La neurociencia que podría determinarlo aún está en pañales. Por ello resulta complicado poder comprender y desprenderse del concepto de sólo un tipo de mente humana, donde para ese concepto el autismo es una deficiencia en ese poder lograr que diversas personas con intereses distintos, inhibiendo comportamientos considerados inadecuados logren algo en favor de un colectivo, que se enfoquen en los otros y ello les produzca bienestar. En otras palabras sería que la mente humana está preparada para que cada persona esté pendiente de los demás, los perciba y pueda entenderlos innatamente si no se deja llevar por la indiferencia.

Es claro que no todos pueden llegar a realizar eso y agreguemos a ello la variante: Si dos personas que deciden de diferente forma están cerca no van a poder “predecir” su comportamiento. Eso que comúnmente se llama ponerse en los zapatos del otro, que no es otra cosa que pensar que haría uno si estuviera en la situación de la otra persona. Esas diferencias, en ocasiones sutiles de percibir, que los demás hacen algo diferente (piensan diferente) pero sin inhibición de la conducta es más frecuente en niños y es cuando se comienzan a tomar caminos separados o a tener conflictos nt y autistas.

En el campo de la investigación y la clínica se fueron estableciendo las diferencias autistas en base a lo que se considera una sociabilidad adecuada. Sin embargo ello se fue realizado de modo subjetivo dejando de lado al sujeto. Los profesionales realizaron sus adecuaciones diagnósticas y terapéuticas considerando la versión de los terceros afectados por el comportamiento autista. Así se definió lo patológico, lo disruptivo, lo problemático, comprendiendo que existían habilidades pero como toda terapia había que enfocarse en lo disfuncional, probando con ensayo y error diversas de herramientas que en principio tenían la idea de normalizar.

La idea de la inadaptabilidad lleva a la angustia desmedida, a desazón en aquellas personas que se les dice su hijo o ud. es autista. Porque existe tanto temor a un individuo solo en una sociedad, que es más indefenso, vulnerable o bien puede ser potencialmente peligroso.

Gracias a que en los últimos años la tecnología ha ayudado a transmitir relatos autobiográficos que dan un acceso a la forma de razonar autista y que algunos profesionales se dieron a la tarea de considerar al sujeto de las intervenciones terapéuticas, ha dado lugar a que ahora vayan tendiendo a  reconocer que hay comportamientos distintos que no dañan al individuo y que le proveen elementos gratificantes aunque sean extraños (como el apartarse y sólo observar pero sin integrarse) o molestos para terceros (como algunos movimientos corporales de relajación: mover las manos, las piernas, caminar o actos repetitivos para liberar tensión), que hay diferencias en los niveles sensoriales y que en casos existen razones para la asociabilidad, la sociabilización intermitente o esporádica.

Haciendo un ejercicio de síntesis de lo que fue el seminario y el congreso al que asistí va el resumen de como percibí que los profesionales ven a una persona con Síndrome de Asperger (aclarando que en algunos casos puedo estar en desacuerdo y en otras concordar, con base en mi empirismo y racionalismo).

Los aspectos neurocognitivos y perfiles neuropsicológicos, así como la evidencia basada en investigación y si se podía ser eclécticos. Se mencionó que es una disfuncionalidad neurológica dada por deficiencia de neurotransmisores. Ello impide a las personas comprender el contexto para poder adecuar sus impulsos hacia captar las intenciones de los otros y no reaccionar inadecuadamente, ejemplificando los rasgos de conducta típicos del Síndrome de Asperger, indicando que no poseen teoría de la mente y mencionando a rasgos generales las vertientes tanto de investigación como la triada de tratamiento, las pautas de criterio diagnóstico y el apoyo en diferentes investigaciones para establecer el mismo.

Evaluar e intervenir en el Síndrome de Asperger. Se aclaró que la teoría de la mente está presente incluso en el autismo, aunque su forma de pensar es más lógica que emocional. Más sistematizada y con tendencia hacia establecer patrones. En cuanto a la evaluación se realiza en función de su capacidad de percibir a los otros, de entender el lenguaje no verbal y su comprensión de las situaciones y se va trabajando con ello. Siendo la idea al intervenir realizarlo junto con el sujeto, que éste exprese cuáles son sus necesidades (siendo consciente de ellas resulta terapéuticamente mejor contra el que otros decidan en que le ayudan) para poder proporcionarle herramientas adecuadas, como un andamiaje que se iría retirando gradualmente siendo el objetivo que el individuo sea autónomo, no un codependiente. En este seminario uno de los aspectos que se mencionó es que las personas con Síndrome de Asperger refirieron no tener planeación clara a futuro y en algunas ocasiones podía causar intranquilidad o furia preguntar por algo hipotético. En contraste con sujetos típicos que ya tenían idealizado su futuro.

Empatía, cognición social y Síndrome de Asperger. Entre los conceptos se resaltó que la empatía es diferente a la simpatía, si bien es parte de no implica que una persona se ponga en el mismo estado emocional del otro sino que realice la acción adecuada a ese comportamiento que interpreta a partir de su propia experiencia, es decir, la empatía es autoreferida a las propias sensaciones para poder entender al otro. Resaltando que el individuo está preparado para la cognición social, siendo ésta la que tiene prioridad sobre la cognición de los objetos, y va desarrollando el sentido de bienestar al estar cerca de otros y recibir algo de ellos. Se explicó con el ejemplo de un bebé que es alimentado con pecho por su madre y la conexión que se da entre ellos, siendo el intercambio de miradas el principio de la interacción social que se irá perfeccionando. Siendo deficitaria en el Síndrome de Asperger la empatía emocional y la cognición social delegada, presentándose el problema de que la empatía emocional no se aprende, se siente.

¿Qué es lo patológico de los TEA? En ésta se mencionó que el autismo es un continuo que va desde lo patológico hasta lo normal, basándose en las investigaciones de Simón Barón-Cohen que menciona que en cierto rango toda persona tiene algún rasgo autista pero siendo patológico aquellos que presentan conductas o comportamientos que invaden y alteran la dinámica social. Siendo que no todos los casos terapéuticos se ajustan a los manuales psiquiátricos, ha de darse el profesional a investigar constantemente y así poder encontrar criterios que se ajusten más al caso particular que se le presenta, como algunos cuadros que confunden para diagnosticar como el Síndrome de Evitación Extrema a la Demanda, el Síndrome de Hiperfoco, el TEA femenino y los casos de Anorexia ligados a autismo. Así como los casos donde los síntomas (agrego disfuncionales) del autismo se revierten que serían aquellos que se conocen como Autismo de Evolución Optima, que son los que se usan para dar testimonios de mejorías, marcando el ponente su desacuerdo con la definición de “curar el autismo”. Lo patológico se referiría a la falta de recursos de afrontamiento adaptativo, el cómo inhibir lo sistemático para conectarse a lo emotivo.

Prevención y mejora de la Calidad de Vida en la personas adultas con Síndrome de Asperger y TEA. La calidad de vida se refiere a cubrir tanto las necesidades materiales, la satisfacción con lo que se tiene, la satisfacción personal y de las condiciones de vida, que esté de acuerdo a los valores, a la autodeterminación y a la capacidad. Siendo diferente el pronóstico tendiendo hacia el autismo normal (definido como personas con satisfacción normal cuyos síntomas dejan de hacer ruido) cuando una persona tiene aceptación, apoyo en talentos (que intereses particulares deriven en ellos porque tendrán más aceptación), respeto a sus necesidades (como el autoaislamiento), cuando se da la inclusión, una escuela amigable, una familia continente. Tendiendo a lo patológico cuando son segregados, agredidos o la sanción social es muy alta, cuando la familia es exigente, rígida, la escolaridad indiferente, los intereses no son aprovechables, se da el rechazo y la exclusión, llegando incluso a desarrollarse psicóticos reactivos en condiciones de insatisfacción o con daño. La calidad de vida se refiere tanto a tener un trabajo y un dinero propio (ganarlo, manejarlo y administrarlo), tener vivienda y un respaldo patrimonial, en lo emocional destaca la aceptación, predictibilidad, protección contra daño, inclusión social y cívica, contar con redes interpersonales y sociales, participación comunitaria y proyectos de autogestión, un trato respetuoso y acceso a un sistema legal justo.

Formación e Inclusión Laboral a través del Modelo de Empleo con Apoyo. Refiriéndose al modelo ecológico de asistencia laboral donde se trabaja con el entorno no intentando transformar a la persona. Evaluando en el candidato cuáles son sus limitaciones y capacidades se le brinda un programa personalizado de apoyo buscando desarrollar su autonomía y responsabilidad laboral dentro de contextos reales. Fomentando su autoestima contemplándose con un sentido de dignidad y respeto hacia sí mismo, decidiendo no por caridad cual trabajo desean ejercer, percibiendo una remuneración con la que estén de acuerdo y siendo capaces de elegir su continuidad en esa actividad.

La importancia de la Neuropsiquiatría en el tratamiento del paciente con Síndrome de Asperger. En ésta se hacía mención de que aún no existen marcadores genéticos para identificar el autismo, y que si antes se pensaba que un área del cerebro estaba vinculada a una conducta se ha descubierto que muchas áreas funcionan al mismo tiempo, que todo el cerebro está conectado y por tanto es difícil determinarlo por áreas. Si bien se ha encontrado diferencias en el tamaño de la amígdala y el frontoestriado que podrían diferir en el autismo. En cuanto al tratamiento ha de observarse la respuesta del paciente a cambios en el ambiente y a personas con intervención de los cercanos, se busca tratar síntomas blanco como serían TOC´s, Trastorno de Ansiedad, Fobias, Rabia, Autoinjurias, Depresión, Bipolaridad, Tics, Tourette, Hiperactividad, Déficit de Atención, conducta desafiante y conducta oposicionista. Primero con psicoeducación, terapias asociadas, optimización del estado de salud en general, intervenciones cognitivas, conductuales y por último farmacología por corto periodo de tiempo dado que no se puede causar un mal mayor como un efecto secundario (sobre todo en niños que los medicamentos no han sido testeados) por tratar de evitar un comportamiento.

¿Síndrome de Asperger en peligro de extinción como una entidad diagnóstica? Se mencionó que el cambio en el manual DSM V era favorable para la clínica, ya que permitía una mejor categorización de los pacientes. Se establece especificadores y modificadores, un especificador sería el SA, por lo cual no es que “desaparezca”. Se analiza ahora tanto la historia temprana, el patrón de severidad y el trastorno comunicacional y se considera que mientras las habilidades sociales no excedan las capacidades no es necesario diagnosticar dado que aún con autismo una persona sigue teniendo posibilidades. A efectos de investigación científica se ha desligado de utilizar el DSM V dándose a crear su propia categorización.

Aspectos senso-motores en la persona con Asperger. La importancia de un funcionamiento integrado. La sensación permite experimentar la vida y el movimiento es la puerta del aprendizaje, moverse permite mantenerse alerta, indicando que la posición de estar sentados a 90 grados e inmóviles dificulta el aprendizaje. Se comentó que las personas con Asperger muchas veces no tienen consciencia de su propio cuerpo, como que la mentalización o introspección hace que se desconecten del mismo. Al tomar consciencia del cuerpo permite sentirse más seguro, interpretar el ambiente, tener una imagen correcta de sí mismo. Se considera un desorden cuando la información sensorial dificulta las actividades de la vida diaria, lo cual puede aminorarse aprendiendo a percibir el ambiente, a organizar el cuerpo, el planeamiento motor y la secuencia. Las personas con Asperger presentan mayor nivel de estrés y cortisol, sus movimientos indican que se preparan para protegerse del peligro, lo cual si ocurre durante mucho tiempo en vez de ser una respuesta adaptativa se vuelve una patología. Se distinguen ciertas posturas que indican mucho estrés, ponerse en puntas de pie, conocido reflejo de tendón de guardia, mirada perdida preparándose para el choque y la cerrazón de la boca o rechinar los dientes (tensión en el maxilar inferior) a la observación de estos estados buscar la relajación o hacer masajes para desestresar. Recomendando trabajar en adultos la estimulación oral, vestibular (barrer, pensar caminando), táctil (jugar con monedas o llaves en el bolsillo), auditiva (escuchar música).

Sobre la integración sensorial considerando oportuno hacer una acotación muchas de las actividades que reprimen y que son propias de un autista son moverse cuando está inquieto, caminar para pensar, jugar con algo en las manos lo cual a veces se interpretan como signos de hiperactividad, o que no se presta atención o que se quiere distraer a los demás.

Ello nos vuelve a la pregunta inicial para la persona con autismo que realiza algo es normal lo que hace, incluso puede percibir que habla normal y se comporta normal mientras los otros indican lo contrario, con lo cual puede ser complejo entender que es lo que quieren decir al intentar auxiliarlo. Si no lo ve por sus propios ojos o lo percibe por sí mismo, si no lo razona y lo entiende como lógico, si lo hacen sin que sea consciente y lo desee difícil que pueda “modularse”. Es importante en la asistencia lo que mencionaron en una parte del congreso “lo que se ha de hacer por ellos se ha de hacer con ellos”, ese tener en cuenta a las personas antes que los métodos. 

lunes, 19 de agosto de 2013

Mutua intolerancia

La serenidad es un estado muy frágil, donde una imposición hace que se rompa. Incluso hasta con un leve comentario.

Opinando con una madre que posteaba algo sobre que la interacción social es lo único que ha permitido que la humanidad avance. El autor del post, manifestaba que si el autismo fuese natural nunca habríamos salido de la época de las cavernas. Al darle mi opinión sobre que la neurodiversidad es lo que ha permitido los avances en la especie, que el autismo siempre ha existido, y que tiene ventajas para la humanidad como la hiperracionalidad, el enfoque y la sistematización, el tener ideas que no sean las del común… entramos en una mutua intolerancia.

Ella me respondía que yo no entendía, y que cualquiera de las características que le diera estaban presentes en los neurotípicos, que sólo cuando me enfrentase a estar todo el día con un niño con autismo podría debatir con ella. Y mis respuestas eran de que no todo es desventaja, porque en los autistas las características que mencione están más desarrolladas, dado que en el cerebro de los neurotípicos al concentrarse en otras personas no permitía tal grado de enfoque. Como dicen los neurocientíficos el cerebro o sistematiza o empatiza, pero no puede hacer las dos cosas al mismo tiempo. Terminamos ambas molestas.

La cuestión que analice es que cuando una persona, un padre, se enfoca en considerar el autismo como una patología y como una seria desventaja, si se toma como premisa que sólo lo social es lo que hace al ser humano el punto summum de la creación (leyéndolo tiene lógica para la mente neurotípica dado que innatamente perciben el mundo en función de jerarquías y liderazgos) entonces lo que hace es estar nutriendo lo que se llama indefensión adquirida, porque se concentra en que todo es una patología que tiene que remediar. Así pues toda conducta “anómala” que observe le hace estar tenso, sufrir el autismo de su hijo.

Y si lo sufre, considerando que el cerebro autista retiene y memoriza más información captada por los sentidos de forma pasiva, entonces éste va a tomar lo que digan o sientan sus padres del autismo como base de sus razonamientos posteriores. Digamos que si en el hogar, o donde pase más horas uno, están haciendo llegar continuamente esa información y que nosotros reaccionamos más a conocimientos que a acciones, entonces es ahí como empezamos a saber que ser asociales es fuente de sufrimiento para nosotros, de decepción para los otros y límites para nuestra calidad de vida, porque la mayor parte de la gente esperará, a pesar de nuestras cualidades o habilidades que seamos sociales, siendo para ellos el máximo valor. 

De hecho para los que descubrimos que somos autistas de adultos, se nos quita un peso de encima reconocer que hemos logrado vivir en sociedad siendo asociales, que hemos logrado cosas para ser independientes y quitarnos los condicionamientos de lo que "deberíamos" ser para los demás, intentando vivir sin perjudicar ni que nos perjudiquen, buscando un equilibrio natural en las relaciones sociales, si no existe no las tenemos, simplemente. No nos adaptamos a las jerarquías y sólo nos relacionamos con quienes potencialmente sean iguales o tengan alguna habilidad que conjuntamente nos sirva.


Causa - consecuencia

Muchas veces se preguntan porque un autista es más funcional que otro, pues se basa en la autoestima. El autista escucha lo que se dice de él y le queda como referente, incluso nos comparamos con los otros porque es parte del proceso de calibrarse con el mundo exterior, estamos también influidos por lo social aunque no seamos tan hábiles para imitar comportamientos de forma innata. 

La autoestima parte de lo que se percibe del entorno, de reconocer tanto uno como los demás las habilidades, se entiende que éstas compensan los defectos, y que algunos defectos de personalidad pueden ser corregidos a través de las habilidades. La habilidad es una sensación de que las cosas se hacen sin esfuerzo, sin contraposiciones o éstas se logran vencer.

La habilidad que desarrolla un autista siempre es propia, y un neurotípico puede imitar habilidades en otro pero carecer de las mismas, por eso parece que es más funcional. Pero la mente neurotípica sabe que para ser funcional depende de otros y por eso se aferra a lo social, si no tuviese a quien copiar buenos patrones de comportamiento o solución de problemas entonces un neurotípico que se tuviese que enfrenar solo al mundo se quedaría tan indefenso y tan inhábil como un autista tratando de sociabilizar conjuntamente en una multitud.

Así pues mi enfado y mi intolerancia fue porque mientras las personas sufran al autismo, sobre todo los padres, entonces crean un clima de tensión en el hogar, que se manifestará en que el niño se sentirá inseguro consigo mismo y sin poder desarrollar herramientas para poder vivir en sociedad sin tanta ansiedad. 

Si consideramos que la ansiedad es lo que nos hace movernos como una forma de relajación (tenemos que hacer algo para descargar la adrenalina), que nos concentramos en captar el mundo y dejamos de poner atención a algo en específico para poder encontrar ayuda o una solución en lo externo, que ambos comportamientos son producto de nuestro innato control de la ansiedad y que a la par son lo que altera a los demás, entonces se entra en un círculo vicioso donde la atmósfera de tensión crea la necesidad de conductas no socialmente productivas.

domingo, 18 de agosto de 2013

Serenidad en la no coordinación

A raíz de analizarme en la experiencia de vivir por primera vez completamente sola, podría sugerir un cambio en la definición de "El Síndrome de Asperger es un trastorno profundo del desarrollo cerebral caracterizado por deficiencias en la interacción social y en la coordinación motora" a un:

El Síndrome de Asperger es un desarrollo cerebral caracterizado por presentar una dificultad en la coordinación social y en ocasiones motora. Donde se hace complejo desarrollar apego (entendiéndose como capacidad de proyección de actividades a futuro con otros)  y donde los estados emocionales de los demás no representan información válida para una toma de decisión.

En si la acotación sobre los estados emocionales va porque uno no prioriza si se siente con ánimo o no para hacer algo que se necesita, dado que nadie más lo puede hacer por uno, entonces tiene que ocuparse y dejar de lado las emociones. Ése, considero, es el principio de actividad de un autista. Y por ello resulta tan complejo entender a los neurotípicos donde pueden priorizar sus emociones antes que sus acciones ya que esperan el respaldo de los demás.

Y aún observando a la gente, comprendiendo su lenguaje corporal, sabiendo que significa pues tampoco sirve mucho para coordinarse, ya que nosotros lo hacemos a nivel racional, con base en argumentos que el otro tiene que convalidar para realizar una acción y lo mismo esperamos de ellos.

Ya en mi tierna infancia había notado cómo, cuando no tengo que coordinarme con los demás, siento que tengo más control de mi propia existencia, cuando en las decisiones que tomo no tengo que considerar a otro. Eso me da una sensación de estar en paz conmigo misma, de hacer las cosas de forma que para mí resuelven eficientemente mis necesidades y no me traen consecuencias o problemas, sobre todo porque evito en lo posible pedirles colaboración a los otros, así no sufren repercusiones directas.

Mis estados de ansiedad surgen cuando tengo que “pensar” que van a hacer o decidir los demás, como para poder coordinarme con ellos. Simplemente porque lo ignoro, no tengo suficiente información para saber, aunque los conozca cómo pueden decidir en una situación particular. De hecho lo mejor es esperar que me informen y luego de ahí partir a ver que puedo yo hacer.

En eventos donde tengo duda lo único que puedo saber es lo que yo sí puedo hacer, y dejar de preocuparme por los otros, cruzando los dedos para que salga conforme a sus requerimientos. Analizo mi contexto, decido y realizó, casi nunca los espero salvo cuando lo que voy a hacer les afecte o repercuta directamente más a ellos que a mí, esa es la única ocasión en que me freno.


Sintiendo el lenguaje corporal

He notado en estos meses de no tener a nadie cerca por muchas horas, como mis hombros se relajan, como me siento menos tensa. Y también he podido percibir como voy reaccionando cuando tengo que interactuar con o por alguien. La sola idea de destinarles tiempo hace que sienta presión en los hombros, pero conforme se va dando una buena dinámica, donde ellos hacen su parte sin tener que convencerlos de algo o siento que deduzco correctamente lo que cubre su necesidad (sin nadie que me indique cómo, llegando a la conclusión por los conocimientos que tengo ya adquiridos) entonces me voy relajando. La ansiedad siempre surge cuando tengo que pensar por ellos.

No suelo sentir el cuerpo, sólo en estados agudos de estrés y luego de estar rodeada de gente por muchas horas van surgiendo las manifestaciones gástricas. Entre más relaciones sociales he de experimentar, más gastritis tengo, y eso es probable porque lo que puedo percibir de los otros es contrario a mi forma de hacer las cosas, de decidir, Así es altamente probable que inconscientemente cada persona que veo, o por la que tengo que hacer algo, represente una amenaza, que frena mis procesos digestivos, hasta que note que no tiene interés o cesa su interacción conmigo. Incluso con la gente que estimo, dado que en algún momento pueden molestarse o exigirme algo, no puedo estar tranquila más que brevemente.


El deseo de saber y de comunicarse

También he notado que estando sola mi necesidad de escribir y comprender el mundo disminuye, no me surgen inquietudes de porque las personas reaccionan o porque tienen conflictos conmigo. Me basta socialmente leer un poco historias de vida, compartir de forma puntal a alguien alguna experiencia, pasear un poco y el resto no se en que se me va… se me diluye, pero me siento serena.

Así puedo deducir que entre más estrés social sienta, surge más necesidad de obtener información de alguna forma y participo más en grupos o leo mucho más y de diferentes temas. Es curioso porque en esas épocas escribir es un acto de descarga, vienen imágenes de cómo voy comprendiendo la información que leo, es muy fluido… diría que hasta mágico. Es decir, necesito para tranquilizarme mayor actividad mental. 

En cambio serena, sin necesidad, escribir pierde la magia sólo son palabras las que vienen a mi mente y me cuesta más porque no es preciso poner en ningún lenguaje lo que hago para compartirlo, jaja así se me van quedando borradores de temas que siento que no están bien estructurados o les falta algo pero no me da por investigar. Ya no me siento "viva" indagando. Más bien siento plenitud en esta mi peculiar soledad, donde tengo la sensación de que puedo hacer todo lo que desee.

martes, 18 de junio de 2013

Imitación, empatía y su influencia en el pensamiento


En una conferencia sobre el tema de “Neuronas espejo y la empatía” la ponente, especializada en neurociencia, manifestaba que consideraba que la evolución de las neuronas espejo hacia la empatía y el gregarismo era lo que había permitido al ser humano prevalecer como especie, y que cualquier otra configuración cerebral era una anomalía que evolutivamente tendería a desaparecer.

Evolutivamente todo lo que prevalezca es porque a través de muchas generaciones fue evidente que de alguna forma era funcional. Así si ocurre una mutación y los individuos sobreviven para transmitirla más allá de su propia existencia entonces la mutación es favorable y con el paso del tiempo se perpetúa.

Una “mutación” de la mente gregaria humana sería el autismo, si se considera que dentro de toda sociedad grupal para que continúe tiene que tener cohesión social, los individuos innatamente deben de ajustarse a los estándares, a su papel y cooperar entre si para lograr mantener la unidad y avanzar como grupo.

Sin embargo, no podemos decir que el gregarismo sea producto de la evolución de la mente humana ya que los insectos son plenamente gregarios, donde su capacidad y su vida misma dependen de que cada uno de ellos cumpla cabalmente con lo que ha nacido programado para hacer según los requerimientos de su colonia. Generándose individuos con respecto a las necesidades de la misma.

Lo que caracteriza al ser humano es su diversidad. La capacidad que tiene para dejar de ser gregario si lo precisa, puede estar solo y sobrevivir si tiene la habilidad de fabricar y utilizar herramientas aunado a la aceptación que puede darse de integrar a un individuo extraño en un grupo de pertenencia si parece cooperativo.

En todo sistema gregario se dan diferencias neurológicas que hacen que cada ser tenga diferentes habilidades, que dentro de un ambiente que las desarrolle adecuadamente serán funcionales al grupo, pero en el ser humano no están tan definidas. Así podríamos decir que incluso el autismo surge de la necesidad de nuestra especie por la diversidad. El autismo funcional ha dado aportes para la especie humana, cuando la persona logra alcanzar un nivel de comunicación y transmisión de sus ideas hacia los demás que las adoptan como propias.


Las diferencias cerebrales básicas

Con base en la imagen podemos decir que una de las diferencias en el cerebro autista está en que es menor su capacidad de dar una categoría a las personas (en ocasiones hasta de identificación de las mismas), y está potencializada su identificación del entorno. Tiene un sentido de alerta mayor hacia todo lo que le rodea, no logrando centralizarlo tan sólo en su especie. Sus sentidos son más finos.

Le resulta difícil comprender que las personas pueden hacer algo por él ya que en su memoria no sólo están almacenadas las sensaciones satisfactorias de la interacción (que son las que logran una respuesta favorable hacia los demás, la idea de ayuda y solidaridad mutua) sino que se mezclan también con las insatisfactorias que produce percibir los estados de ánimo fluctuantes en el ser humano.

La mente autista es capaz de distinguir sensorialmente todos los elementos que indican un nivel de pasividad o agresividad en lo que le rodea. Con su especie lo capta en los tonos de voz de los demás, en sus movimientos si son armónicos o descoordinados, incluso la tensión de la respiración. Todo ello lo percibe y acciona al sistema primitivo (llamado cerebro reptiliano) que indica que hacer ante la seguridad o amenaza. De la misma forma un neurotípico captaría el mundo, al quedarse aislado y sin ayuda grupal; todos sus sentidos se alertarían, para poder reaccionar de forma oportuna ante todo aquello impredecible que pueda relacionarse con él, a fin de sobrevivir por si mismo.


Las neuronas espejo

En el sentido de ser consciente del significado de la solidaridad y la compañía como forma de protección o de amparo, suele darse más en la mente neurotípica que busca refugiarse en los otros, para no pensar, al sentirse seguro. Pero para una mente autista los otros son un continuo estímulo, las neuronas espejo le están indicando permanentemente si está en un ambiente favorable o desfavorable y las reacciones que tenga dependerán de que pueda o no ejecutar lo que ordena el cerebro como óptimo para ese contexto. Así en algún momento buscará desaturarse, intentando tener menos estímulos, menos sensaciones y ello lleva al aislamiento y a la introspección. Y en caso de no poder hacerlo su conducta será la correspondiente al acorralamiento pudiendo derivar en extrema ansiedad pasiva o en reacciones violentas.

El gregario tiene el condicionamiento innato de medir fuerzas con el otro y de adoptar una postura acorde, intuye que el otro reacciona hacia su propio comportamiento y realiza la acción que tienda a colocarlo dentro de donde desea estar. Cuando pospone sus intereses de forma voluntaria para favorecer al otro, o al grupo, ocurre la empatía. Cuando los antepone dominación y si renuncia por la dominación es sometimiento.

La imitación ocurre cuando al experimentar lo que se observa y repetir el movimiento comprende el individuo que obtiene algo favorable para si, y luego si nota que puede complementarlo se establece la coordinación. Cuantas más veces obtenga un resultado favorable más quedará en su memoria como una acción que se desencadenara por las neuronas espejo. Las neuronas espejo son aquellas que permiten discernir si lo que se ve es funcional o disfuncional y establecer lo que se denomina potencial de acción que es lo que permite a un ser vivo coordinarse con su ambiente.

La mente autista puede imitar comportamientos, en si acciones, sin embargo, los de su propia especie no sabe como hacerlos funcionales porque no percibe la respuesta ajena a los mismos, es decir, no percibe las emociones en los demás (Hobson, “The cradle of thought”). Así no se retroalimenta para considerarlos efectivos y conforme va desarrollándose no ve a los otros seres humanos como fuentes de cooperación sino muchas veces como obstáculos, por lo cual va tendiendo hacia el individualismo. Va desarrollándose hacia ir creando maneras de hacer las cosas a su forma, no de la forma como lo hacen los demás, no imita a las personas (sus gestos, expresiones, vocalizaciones), ni acepta sus decisiones ni sus razonamientos sin analizarlos primero.

Investigaciones a partir del presente siglo mencionan que en el autismo el mayor déficit parece ser el reflejo especular profundo que acerca a las personas entre sí y posibilita la conexión emocional (Marco Iacaboni. “Las neuronas espejo”. Los espejos rotos. Imitación y autismo. Ed. Katz conocimiento. Pág. 172). Es decir, la persona no ve en el otro su reflejo, no abandona la consciencia de que el otro no es él. Entre más profundo es el autismo más se establece la diferencia, a tal punto que la persona deja de observar a sus congéneres y centra su atención en los objetos y a mayor adaptabilidad social las personas autistas centran su atención en la boca, no en los ojos de las personas (Marco Iacaboni. “Las neuronas espejo”. Los espejos rotos. Imitación y autismo. Ed. Katz conocimiento. Pág. 174). Se observó también que no siguen los movimientos de señalización sin una indicación verbal. Es decir, si una persona no le indica “mírame te estoy señalando algo”, entonces el individuo mirará todo su entorno. Luego si le explican que debe mirar el dedo de quien habla, es capaz de hacerlo.

Los investigadores no entienden porque es esto o porque no prioriza la atención hacia la persona que está cerca. Ya lo mencionamos anteriormente, en el autismo no es innato el sentido de protección que pueden dar los otros y su cerebro se prepara para valerse por si sólo y eso sólo se logra estando pendiente del entorno. Resulta a la vez muy curioso leer que los investigadores no se han percatado de algo esencial sobre el comportamiento en el autismo, a pesar de tenerlo ante sus ojos (Marco Iacaboni. “Las neuronas espejo”. Los espejos rotos. Imitación y autismo. Reparando los espejos rotos. Ed. Katz conocimiento. Págs. 177-179) y sigan preguntándose sobre las deficiencias de las neuronas espejo pero lo explicaremos más adelante.

El comportamiento diferenciado lleva a conflictos en sociedades demasiado estructuradas, donde cada persona cumpla un rol definido e inamovible, donde al comportamiento autista (diferente de la norma) se le toma como un elemento conflictivo. Me viene a la memoria varias películas que tratan el tema como “Hormigas” de Disney, y la reciente “El Hombre de Acero” donde la sociedad Kryptoniana es tipo colmena (lo que parecía sugerir la ponente que es el ideal para la raza humana). Donde como corolario, o enseñanza, se hace patente que la coordinación de ambas mentalidades es lo que en algún momento permite un avance o la supervivencia de la misma sociedad.


La conformación neuronal en el autismo

Lo que se ha detectado es que existen diferencias anatómicas a esté nivel, en las áreas de las habilidades sociales, en percibir al otro e inferir sus estados mentales y en hacer algo con esa información. Por eso se ha dicho que en el autismo está presente la “Ceguera Mental” o la falta de empatía. Pero esto es referente a su pobre coordinación innata ante adecuar su propio comportamiento al de los demás.

Podríamos decir que el sistema autista de captación de los otros es más básico, primitivo en el sentido de que detecta rápidamente si el otro tiene o no voluntad de hacer algo. En lenguaje llano “si tiene ganas de cooperar” e incluirlo. La sensación que percibe es de tranquilidad o armonía en ese caso y ello determina el nivel de proximidad hacia los demás, su empatía (que se da no por una sensación similar a la que experimenta el otro, sino recordando lo que sabe del comportamiento humano para correlacionarlo con la persona que tiene enfrente, es decir es cognitiva no emocional). Si a través de sus neuronas espejo detecta que no existe ningún obstáculo para realizar labores en conjunto puede acoplarse perfectamente a una labor social o grupal y realizar la coordinación voluntaria y espontánea hacia toda actividad que considere necesaria, incluso sin medir el beneficio personal.

Cuando lo que se denomina superneuronas espejo se activan (que son las que inhiben el repetir una acción por considerarla errónea) es cuando tiene que realizar estrategias para convencer a los demás. En ese momento la sensación que percibe es de desagrado, molestia o rabia que sería el sinónimo de algo amenazante. Así la mente autista busca otra estrategia y recurre a su poder de observación y memoria de todo aquello que no sea humano, que pueda ayudarle en su labor. Es decir, si no logra la cooperación de su misma especie, sabe que puede trabajar con elementos distintos a él (manipular objetos) o bien retraerse y así conseguir un objetivo por si mismo.

El desarrollo de la comunicación verbal, o tratar de lograr la ayuda externa, va de acuerdo a los resultados que vaya teniendo en ese sentido. Si logra hacer cosas individuales o se le dificulta. En el caso de dificultarse intentará primero resolver las cosas sociales sin hablar y si los otros le entienden y cooperan intuitivamente no habrá necesidad de hacerlo. Pero si eso falla y cuando ve que comunicando un razonamiento lógico el otro responde adecuadamente entonces el sistema se fortalece ya que intuye que aún cuando no tiene posibilidad de “modificar” la voluntad ajena si la otra persona no razona, o no ve las cosas desde su misma perspectiva, le da la posibilidad al otro de entenderle al transmitir lo que está en su mente, ya que no existe otra posibilidad de que esa persona deduzca lo que desconoce, y espera la misma correspondencia, que le digan específicamente lo que tienen en mente no que esperen que lo adivine, para así lograr inferir si es razonable poner la voluntad en el mismo propósito.

En el neurotípico se da también el proceso de sensaciones armónicas y desarmónicas, pero algo en su cerebro le dice que puede lograr mediante una manipulación convencer al otro, aún cuando no tenga voluntad inicial de hacerlo. Y sus sensaciones de agrado o desagrado van condicionadas a la respuesta de otro. Esto lo va desarrollando y calibrando a lo largo de toda su vida, intentando lograr su objetivo de realizar una manipulación sutil para sentirse tranquilo, llanamente “salirse con la suya”. Para ello la imitación del comportamiento ajeno resulta fundamental, ya que hace que el otro de distienda, o baje su nivel de estar en guardia  y ello deriva en el pensamiento convencional, en aceptar sin dudar como lógico lo que establezca una mayoría.

Ante el sistema de manipulación (el forzar voluntades humanas), y el convencionalismo se activa en el cerebro del autista la señal de error, y es por ello que no se imitan muchos comportamientos sociales que para él carecen de sentido y son imprácticos. Como no necesita doblegar a los otros sino cooperar con ellos de forma natural sus comportamientos sociales son muy distintos. Como por ejemplo confrontar o rechazar a los demás sabiendo que ello lleva a que le rechacen también, pero tiene la lógica de aquello que no es útil, estorba, y es mejor que no esté en el camino.

Por ello es una lucha constante para una mente autista alcanzar el potencial de sus capacidades dentro de la sociedad gregaria. Pero, aún con las limitaciones que le impone la adecuación, si logra condicionar su medio a un ambiente favorable puede desarrollar un refinado pensamiento no convencional profundamente lógico, que dicho en otras palabras es enfocarse más en ser práctico y razonar que en idealizar y sentir. Este tipo de pensamiento es el que da lugar a las innovaciones que han sido la base motor del progreso humano.


martes, 7 de mayo de 2013

Episodios somatomorfos


Había comenzado el presente con el título de hipocondrías, pero leyendo la definición no es exactamente lo que me pasa, porque no tengo miedo a la enfermedad, aunque si a las complicaciones de no atender una señal de advertencia corporal, que uno entiende son indicios de que algo no está bien. No aplica el término hipocondría porque no me obsesiono con tratamientos médicos o revisiones para determinar que los otros no notan que me pasa algo cuando nadie sabe la causa.

Lo mio es más puntual, son una sensación de dolor correspondiente a una afección real pero sin un desencadenante físico, más producto de la psique que no encuentra otra forma de advertir, de estados de angustia inconsciente, porque intuye que hay algo, un problema, y que no se está pensando en ello para solucionarlo.

Tomado de wikipedia: Los trastornos somatomorfos son frecuentes, estimándose que entre un 25-75% de las visitas al médico de atención primaria son debidas a problemas psicosociales con una forma de presentación somática, es decir, con síntomas físicos.3 Pero por razón de que los pacientes no aceptan que su problema sea emocional, sino orgánico, con frecuencia los trastornos somatomorfos suelen subdiagnosticarse, se conocen poco y se tratan mucho menos en los servicios psiquiátricos de los hospitales.4 De allí que los que son diagnosticados basado en los criterios correctos, solo son aproximadamente el 5% de los pacientes ambulatorios.3


Cuadro clínico

Los trastornos somatomorfos pueden presentarse bajo una variedad de síntomas, por ejemplo: 
Los pacientes a menudo refieren síntomas que indican una fuerte excitación del sistema nervioso autónomo, temblores o trastornos endocrinos. Adicionalmente, hay pacientes con otros trastornos psiquiátricos añadidos, en particular los trastornos depresivos, trastornos de ansiedad y trastorno de personalidad.

Las sensaciones somatomorfas suelen surgir en estados de ansiedad intensa. Leyendo lo que normalmente hacen los médicos es a la par que la persona entienda que es producto de su mente, recetar ansiolíticos o antidepresivos, o bien tanto ellos como los afectados desean automáticamente eliminar el dolor con cualquier fármaco. Eso considero que no ayuda, no soy de quienes creen que un medicamento es una solución para estos casos, salvo cuando ya es evidente que la causa es un agente externo o un mal funcionamiento fisiológico, es decir, ya es el último recurso. Incluso cuando me duele algo no soy de “evitarlo, considero que es preferible sentir el grado de dolor, ubicación, duración, intensidad, es decir lo soporto intentando seguir con mis actividades cotidianas lo cual he notado tiene el efecto de que al concentrarme en algo, el dolor disminuye o desaparece, hasta que no tengo nada que hacer. Quizá sea por un principio biológico de que el cuerpo al notar que necesita activarse sana más rápido, porque caso de quedarse quieto y convaleciente tiene mayor riesgo. Obvio que en una cirugía o extracción, es decir, en algo que ya constituye un trauma externo si tomo algún medicamento o antibiótico para prevenir infecciones y me cuido hasta normalizarme.

He encontrado bastante útil conocer cuales son mis sensaciones físicas extraordinarias, sin que los medicamentos o algo interfiera, porque puedo indicar mejor lo que otros no pueden deducir si no es a través de lo que comunico. Una vez que no se ha encontrado evidencia clínica y el dolor es persistente, el recurso para mejorar es el autoconocimiento, es decir, comprender cuales son las causas ambientales que generan ese malestar físico interno y eso para mi ha sido la mejor medicina.

Un hecho notorio en mi vida es que eventos sociales suelen producirme ansiedad. Lo percibo como molestias localizadas que al pasar los meses se convierten en dolores severos, muy intensos, que a cualquier persona le harían ir directo al hospital o correr al médico. Aunque luego de un par de veces de confirmarme que estoy sana, y aunque nadie me indico ir a un psicólogo mi propia mente hizo lo correcto, pensar en el por qué me duele.

Entendiendo que son somatomorfos dado que “migran” de ubicación en cuando entiendo que los causa. Paulatinamente he dejado de pensar que tengo que ir urgentemente al médico (aunado a que es un martirio en donde vivo, para que me den cualquier calmante y me manden a casa me ahorro el viaje), lo cual es un riesgo también porque podría darse el caso de un aviso real, y me estoy dedicando a observar simplemente como reacciono.

Mi recuerdo inicial es que de niña un dentista me había dicho: eres muy nerviosa. Yo no lo sentía así. De hecho para la mayor parte de la gente era una niña con mucha tranquilidad y risueña, sin conflictos, pero mis dientes (el desgaste que tiene cuando uno los rechina pero no se da cuenta) lo denotaba. Cuando comencé a trabajar y no encontraba un lugar donde me sintiera productiva y en paz, ahí tuve mi primer ataque de gastritis que remitió con acupuntura, dieta ovo-lácteo vegetariana y ejercicio, aunado a sentirme muy a gusto con mis actividades laborales. Ese no lo medite, porque supuse como algo natural que ocurriese en situaciones de estrés y malos hábitos alimenticios, y cada vez que sentía alguna punzada sospechaba de gastritis.

Pasaron años sin ningún dolor extremadamente intenso hasta que luego de un par de años de intenso trabajo lo que comenzó como una leve opresión al dormir con los meses se transformó en punzadas demasiado fuertes que me cortaban el aire a toda hora. Dado que mi padre falleció del corazón temí una afección cardiaca, fui a revisar y me dijeron que era tensión, nervios... es decir un ataque de pánico. En esa época mi humor era pésimo y fue un periodo de muchas explosiones, previas al dolor agudo. Reflexione qué podría haberlo provocado y en cuanto deduje que había sido la cantidad de horas que estaba rodeada de gente, aunado a las responsabilidades hacia los demás y no poder conseguir ningún tiempo para aislarme, es decir el engentamiento y saturación, los síntomas y el dolor desaparecieron como por “arte de magia”, deje de sentirlos en cuanto lo razone.

Tuve una temporada de ataques de sueño, cuando terminaba de trabajar y al conversar siempre aprovechaban cualquier momento para hacer un repaso de todo lo que había hecho mal. Se me pasó cuando note que era una forma de evasión y que corría peligro de caer de bruces en el plato de comida, o golpearme muy feo porque incluso me quedaba dormida en el baño.

El segundo crónico fue un ataque al estómago, donde sentía que explotaba, había comenzado también con un ligero dolor y eructos nocturnos, y luego de algunos meses, como coincidió con un viaje donde comí mucho, pensé que podría haber sido alguna bacteria o indigestión, pero era intermitente. Fui al médico... no encontró nada físico. A la par del dolor de estómago tenía incontinencia urinaria. En esa época una de las cosas que ocurrían es que me criticaban todo lo que hacía, me juzgaban todo el tiempo y me exigían, no encontraba tiempo para hacer algo que me agradará, y si lo hacía me lo reprochaban porque no era productivo..., cuanto más “encima mio” estaban mis molestias se activaban, hasta que medité que lo que sentía era frustración y tenía que encontrar tiempo para mi y hacer oídos sordos, que tenía que intentar un equilibrio y así de repente dejo de doler.

El más reciente que he sentido es del lado del hígado, también como si me fuera a explotar, con el mismo síntoma de eructos nocturnos (aún no he ido al médico para descartar algún problema real) que luego de comer mucho asocie también a indigestión. Mi humor aún con el dolor no tenía modificaciones, de hecho mi pensamiento estaba muy activo, y me sentía más o menos serena. Coincidió con los inicios de la enfermedad mortal de con quien convivía, notaba su palidez extrema e incluso pensaba si se desmaya llamó a una ambulancia, pero notando que aún decidía por si no sentí ningún rastro de preocupación consciente. El dolor desapareció en cuanto fue al hospital y quede sola, lo asocie a que normalmente la actividad hace que me recupere rápido de toda dolencia, se me olvidan los achaques. La molestia se reactivo levemente con una inspección a mi lugar de trabajo, donde todo salió bien. Y casi un semestre después me ataco muy fuerte al punto casi de inmovilizarme, ante la posibilidad de conocer personalmente a un amigo con quien charlaba por internet, donde mis pensamientos eran ¿cómo será en realidad?, ¿corro algún peligro?, y al conocerle desapareció el dolor tal como vino.

Durante toda la semana que esperaba el día de conocernos, me preguntaba el porqué me dolía tanto si durante meses había estado comiendo bastante sano y moderado, evitando los irritantes, no había tenido demasiado estrés, en si todo el mundo me comentaba que se me notaba relajada, correspondiendo a mi propia percepción y aún así dolía mucho. ¿Acaso estaría dejando de lado la obviedad de que si duele la panza fue por algo ingerido? pero ¿qué podría haber comido para que me provocará tan aguda molestia súbita?

En la fecha en cuestión, concentrada en varias actividades previas no percibí ningún dolor. Algo muy curioso fue que a la noche asistí a un cumpleaños de una amiga y “engullí”  de todo. No tuve efectos secundarios, así que descarte que el dolor fuera provocado por la comida (devore sandwiches, pizzetas, frituras, tortas dulces, masitas, té, acoto una abundante cantidad de gluten y lácteos) porque en ese caso y dado que el día anterior no podía ni sentarme, pensé que me doblaría del dolor en cuanto empezara la digestión. Y no, ni a la mañana siguiente ni los días posteriores sufrí consecuencia alguna, estaba como si nada, no percibía mi “interior” que es lo normal cuando uno está sano.

En este último ataque ya sabía que la ansiedad produce que uno “coma” aire, que era el motivo de mis eructos nocturnos y que ese aire infla el estómago, y el nerviosismo extremo hace que las válvulas intestinales no funcionen correctamente, pero con un masaje que las estimule se reactivan. Así que me hacía masajes, pero me preguntaba ¿por qué ahora del otro lado?, sólo dolería en ese grado si el estómago estuviese muy hinchado, presionando el hígado y ese lado no me dolía. ¿Por qué remitió en cuanto vi a la persona? Analizando las circunstancias donde se manifestó ese tipo de dolor podría ser por temor a que ocurriría, y una vez que se definía el evento ya mi psique se concentraba en lo real y me serenaba realmente.

Algo curioso es que todos estos ataques me den de adulta, de niña no recuerdo ninguno. Y esto coincide con que mi vida infantil fue como si viviera en una burbuja, protegida, y al ser mayor he tenido que enfrentar a más situaciones, digamos a la vida, circunstancias y a las responsabilidades propias de la edad.

Aunque en la existencia de una persona acontezcan gran cantidad de episodios somatomorfos, quizá en el autismo por nuestro mutismo y que no vemos el sentido de expresar nuestros estados emocionales, ni nuestras sensaciones físicas, incluso muchas veces ni los razonamos, aconteciendo este tipo de reacciones que a nivel observacional confunden a aquellos que abogan porque sufrimos autismo a causa de un “intestino permeable por lo que comemos”. Como suelo recalcar por mi experiencia, aún con un ataque severo gástrico mi conducta no se modifica al punto de cambiar la forma que tengo de relacionarme socialmente, ni aunque me esté doblando de dolor.

De hecho por lo que expongo si algo externo me provoca dolores físicos es la interacción social que no se de en forma natural, o positiva, es decir, se puede ver que el engentamiento, la saturación, la falta de un espacio propio, de actividades que considere son buenas para mi, la frustración, o el temor por decidir mal, las represalias, criticas y juzgamientos son lo que puede afectarme, que deriva en miedo, eso en ansiedad y ello en dolencias físicas.

Como acotación, la experiencia que ocurrió con quien convivía indica que tampoco es bueno confiar de que son sólo indicaciones físicas infundadas y que ya pasarán (siempre le dolía el pecho durante la temporada alta y le remitía meditando) dado que se manifiestan con los mismos síntomas que los reales, que cuando se intenta el método de serenarse no se calman, y el pensar que no cede porque uno sigue nervioso lleve a no atenderse a tiempo causando diversas complicaciones o la muerte.